ENTREVISTA DISTÓPICA PARA EL CATALOGO DE LA EXPOSICIÓN
INSTITUTO DE ESTUDIOS LERIDANOS
OCTUBRE A DICIEMBRE DE 2020
WOYZECK APESTA, VIVA WOYZECK
Vigo, mayo de 2051.
Después de casi treinta y cinco años de carrera artística entrevistamos a una de las figuras claves de la arty performance del youtubing español. Eduardo Fernández o “Edu” como se hacía llamar en sus comienzos allá por los años 10, ha desarrollado a lo largo de cuatro décadas un alter ego alrededor de los aspectos más creepy y cringe de la generación millenial. Su gusto por el fracaso, lo fragmentario, el realismo histérico, la decadencia de la cultura de club, la estética vaporwave y en general internet como espejo decadente de la civilización contemporánea han hecho de Edu un ser abyecto y deplorable. Escoria en sentido Büchneriano. Sin escrúpulos y sin talento ha construido una narrativa esquizofrénica que naufraga en el infratexto, en las notas al pie y en los apuntes al margen, perdiendo el hilo absoluto del relato.
—Cuéntanos Edu, ¿Cómo has conseguido hacerte un hueco en el panorama artístico durante tanto tiempo siendo tu obra la antítesis de los valores estructurales del arte contemporáneo como el talento, la belleza o el esfuerzo?
La cultura del esfuerzo es muy importante para prosperar en el arte español. Tengo la suerte de tener sensibilidad por la belleza, y talento para contar historias, algo que también ayuda. Pero lo verdaderamente importante es que tus padres te hagan la transferencia mensual hasta bien entrados los 40 años y no trabajar jamás.
—En alguna obra de tus primeras etapas como en aquella titulada “Jamás vi tanta belleza” decías: “El arte y las exposiciones y todo se ha convertido en una lotería, un reciclado constante de una serie de ideas y es un desastre, no hay por donde cogerlo, cualquier cosa vale, se explica en cinco minutos, se meten unas referencias y no hay un contenido, no hay nada, simplemente un fantasma”. ¿No estabas acaso hablando de tu propia obra?
Siempre trabajé desde dentro y con lo que me dabais.
—Si Büchner hubiera escrito Woyzeck en la actualidad ¿Este sería un vídeoartista o un enfermero de urgencias de cualquier hospital español?
¡Fantástica pregunta!… ¿de verdad hay diferencia entre los dos?
—Has dicho muchas veces que en realidad tu pasión es la pintura y en concreto Zurbarán pero tus piezas audiovisuales son un delirio de citas y referencias desde Foucault, Karl Marx, Mao Tse Tung hasta Dora García, pasando por los memes, los filtros, la ciencia ficción, los emojis o los videojuegos ¿Es el medio el mensaje?, ¿Es tu práctica una exorcización de los demonios contemporáneos? ¿Eres una especie de chamán de la cibercultura?
El mensaje es miedo. Siempre he tenido fascinación por conocer y descubrir las culturas tribales y el origen de la civilización. Saber, teorizar cómo práctica, acumular conocimiento en una doxología infernal. Para Aristóteles la vida del esclavo se diferenciaba de la vida del hombre libre en que este había sido dotado del divino don del conocimiento. No creo que supiese que también terminaríamos esclavizándonos buscando la virtud, o la clave del wifi.
—Hoy en día, en la década de los 50, el sistema artístico ha cambiado mucho respecto al del siglo XX. Ya no existen las galerías, ni las facultades de Bellas Artes, tan solo quedan los museos como un reducto patrimonial de la memoria del pasado y ya no es posible visitarlos presencialmente por la deriva de pandemias víricas que se han sucedido a lo largo de todo este siglo. Los contenidos artísticos ya solo viven en internet y su consumo está mediatizado por Artizon.es, el mercado online cultural que impone su monopolio planetario. ¿Crees que podremos algún día derrocar a las multinacionales tecnológicas y volver al arte objetual como valor estético y social?
Recuerdo cuando se hacían exposiciones y la gente iba en grupo a galerías y eventos, a comer pinchos con las manos y beber vino mientras todos se tocaban la cara. Era algo extraordinario, celebrábamos nuestra insignificancia por todo lo alto. Ahora necesitas un permiso municipal para salir 15 minutos a por pan.
Artizon.es tiene todo lo que tu imaginación puede crear. Es un Dios saturnino puesto de ácido y embriagado, recibiendo experto sexo oral, mientras devora a sus hijos y destruye las cosechas y despilfarra el dinero en apuestas sin sentido.
La única forma de derrotar a estas diabólicas multinacionales es abrazar el valor de las cosas sencillas. El otro día bajé a tirar la basura y vi musgo en el contenedor. ¡MUSGO! ¡VERDE Y BLANDITO! ¡Qué maravilla!
— La empresa Alcor Life Extension Fundation consiguió hace una década implantar neuronas humanas en dispositivos robóticos. En muy poco tiempo, horas, las neuronas comienzan a moverse y a lanzar sus tentáculos para conectarse con otras a través de sus dendritas y axones. En pocos días se puede obtener una red de 100.000 neuronas interconectadas que son las que conforman un cerebro humano. A través de este proceso hoy gozamos de nuevos habitantes de pleno derecho que llamamos androides. Cerebros artificiales introducidos en carcasas parecidos a los que describió Isaac Asimov en I, Robot, por ejemplo. ¿Qué relación tienes con los androides? ¿has adquirido alguno de ellos? Y si es así ¿con que fin?
Mi pareja es un androide. Llevamos casados más de 10 años, al principio en secreto porque no estaba bien visto. Los humanos somos un coñazo, sobre todo después de la Segunda Gran Depresión, cuando los antidepresivos y ansiolíticos se hicieron obligatorios. ¡Te llevabas a alguien a casa y parecía como follar con un zombi! Los androides han sabido preservar el espíritu humano mejor. Jamás me había sentido tan amado y deseado como por un robot. Yo siempre he sido un firme defensor de los derechos. Es importante conseguir igualdad de oportunidades para todas. Cuando se consiguió firmar la primera declaración universal de los derechos robóticos supe era momento de decirle si quiero a mi robot.
—Las voces que oyes dentro de tu cabeza ¿qué te dicen?¿te dictan los guiones?
Una de las mayores decepciones de mi infancia fue descubrir que existen personas “normales” que no oyen voces. ¿Cómo viven entonces? No soy capaz de imaginármelo. Yo hace mucho tiempo que solté el timón y hago todo lo que me dicen las voces de mi imaginación. Para mí es la única conversación real.
—En tus obras siempre apareces tu. Sin miedo al narcisismo ni a la pedantería declinas tu identidad en una constante deriva pornográfica, obscena, que muchas veces irrita e incomoda al espectador evocando pena, grima o asco. “Ahora bien, ¿Un hombre que goza hasta de su propia humillación puede tener una pizca de amor propio? ¿pero acaso un hombre de fina sensibilidad puede respetarse a sí mismo[1]?”
He conseguido vivir mi vida como un personaje de El cielo sobre Berlín de Wim Wenders. Cuando camino por la calle, escucho a los ángeles susurrando y observando todo lo que hago. Me encanta hacerles reír y provocarles con mi comportamiento errático. No sé hacer otra cosa.
—Cuando Edu muera ¿quedará para siempre su obra alojada en los servidores de Big Data de las costas del Mar Báltico, en forma de ceros y unos, reproducida aleatoriamente por algoritmos infinitos?
Edu ya está muerto, su cerebro ha sido digitalizado por un grupo de hackers LGTB de Ferrol y flota en la Deep web infectando websites. El otro día me encontré con Abel Caballero en un servidor viejo. Sigue siendo el alcalde de Vigo conectándose desde el más allá mediante OUIJA-WIFI y dictando órdenes a sus leales técnicos municipales.
—¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
¡Claro! ¡El mundo nace cuando se sueña primero!
—Tu primer gran éxito a escala planetaria “Chica de la Coru” ya va por los 15M de visualizaciones en YouTube lo que ha te ha debido reportar grandes ingresos a través de su monetización, sin embargo la precariedad como constante del artista contemporáneo es una de tus temáticas recurrentes, ¿Qué sentido tiene hoy, treinta y cinco años después, la frase que tu mismo pronunciaste “Hoy solo interesa un tipo de arte, es el arte que tu produces, lo generas, dedicas una cantidad de tu tiempo personal a crearlo y posteriormente en tu cuenta bancaria aparecen una cantidad de números correspondiente al valor que genera ese trabajo”? ¿Es esta doble moral sintomática de tu doble y triple personalidad?
Le tengo mucho cariño a Chica de la Coru, es un curro que hice antes de salir del armario y reconocer mi neurodivergecia.Ahora puedo manifestar públicamente mi trastorno de personalidad múltiple sin miedo a estigmatización social. Todas y cada una de mis identidades jurídicas (¡tengo 5 DNI´s diferentes!) tienen reconocimiento legal, derecho a voto y ayudas sociales. Y todas creen en el sistema de producción post-capitalista y en ganar dinero mediante el arte. No sé dónde encaja la moral en esta historia. Supongo que alguna de mis identidades aparecerá con alguna ocurrencia ingeniosa.
—Durante la primera gran pandemia del s. XXI, la COVID-19, un virus modificado genéticamente en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan introdujo en los tejidos epiteliares humanos nanorobots para monitorizar nuestra actividad y evaluar nuestro sistema inmune a tiempo real. El mundo entero pensó que tan solo se trataba de una neumonía pero resultó —y esto se descubrió a principio del año 2038— que fue un caballo de Troya que Xi Jinping y el gobierno Chino envió al mundo. El objetivo era convertirnos en mano de obra barata para producir los componentes electrónicos que reactivarían su carrera espacial para que pudiera emigrar todo el pueblo chino a Marte. Durante tres décadas hemos estado sometidos al influjo de diferentes pandemias que nos han mantenido casi cinco años en cuarentena. Solo unos pocos hemos sobrevivido al chantaje del gobierno chino a cambio de la vacuna de cada cepa y de un salvoconducto perpetuo que nos proporcionaba la inmunidad. ¿Cómo has vivido este largo periodo de confinamiento? ¿Y que les has dado a los chinos a cambio de tu libertad?
Apenas he notado la diferencia. Reconozco que siempre he sentido animadversión hacía la chinificación del mundo, como la he sentido de cualquier agenda política globalitaria. Lo de China viene de lejos. En los 70 del pasado siglo cerraron las universidades y escuelas durante la revolución cultural, y prohibieron toda epistemología occidental considerada contra-revolucionaria. Un profesor podía ser arrestado por enseñar física newtoniana. Aquí reside el germen de la sociedad contemporánea. Una civilización capaz de orquestar cambios generacionales dramáticos y subyugar todo conocimiento científico acusando de ser eurocéntrico y colonial, pasando a ser eclipsado por la pasión nacionalista. El proyecto de ingeniería social excesivo y ambicioso que son los estados totalitarios es solo comparable con un delirio universal. China me recuerda a esos amigos del colegio que dejan de estudiar y se ponen a trabajar a los 16 años, empiezan a ganar mucha pasta y creen que ya lo saben todo. Y encima les va mejor que a ti. Pero todos seguimos comprando en Ali Express.
Entrevista de María Marco a Eduardo Fernández para la exposición JAMÁS VI TANTA BELLEZA.
[1] Dostoyevsky, Fíodor. Apuntes del subsuelo. Alianza Editorial. Pp. 37.
INSTITUTO DE ESTUDIOS LERIDANOS
OCTUBRE A DICIEMBRE DE 2020
WOYZECK APESTA, VIVA WOYZECK
Vigo, mayo de 2051.
Después de casi treinta y cinco años de carrera artística entrevistamos a una de las figuras claves de la arty performance del youtubing español. Eduardo Fernández o “Edu” como se hacía llamar en sus comienzos allá por los años 10, ha desarrollado a lo largo de cuatro décadas un alter ego alrededor de los aspectos más creepy y cringe de la generación millenial. Su gusto por el fracaso, lo fragmentario, el realismo histérico, la decadencia de la cultura de club, la estética vaporwave y en general internet como espejo decadente de la civilización contemporánea han hecho de Edu un ser abyecto y deplorable. Escoria en sentido Büchneriano. Sin escrúpulos y sin talento ha construido una narrativa esquizofrénica que naufraga en el infratexto, en las notas al pie y en los apuntes al margen, perdiendo el hilo absoluto del relato.
—Cuéntanos Edu, ¿Cómo has conseguido hacerte un hueco en el panorama artístico durante tanto tiempo siendo tu obra la antítesis de los valores estructurales del arte contemporáneo como el talento, la belleza o el esfuerzo?
La cultura del esfuerzo es muy importante para prosperar en el arte español. Tengo la suerte de tener sensibilidad por la belleza, y talento para contar historias, algo que también ayuda. Pero lo verdaderamente importante es que tus padres te hagan la transferencia mensual hasta bien entrados los 40 años y no trabajar jamás.
—En alguna obra de tus primeras etapas como en aquella titulada “Jamás vi tanta belleza” decías: “El arte y las exposiciones y todo se ha convertido en una lotería, un reciclado constante de una serie de ideas y es un desastre, no hay por donde cogerlo, cualquier cosa vale, se explica en cinco minutos, se meten unas referencias y no hay un contenido, no hay nada, simplemente un fantasma”. ¿No estabas acaso hablando de tu propia obra?
Siempre trabajé desde dentro y con lo que me dabais.
—Si Büchner hubiera escrito Woyzeck en la actualidad ¿Este sería un vídeoartista o un enfermero de urgencias de cualquier hospital español?
¡Fantástica pregunta!… ¿de verdad hay diferencia entre los dos?
—Has dicho muchas veces que en realidad tu pasión es la pintura y en concreto Zurbarán pero tus piezas audiovisuales son un delirio de citas y referencias desde Foucault, Karl Marx, Mao Tse Tung hasta Dora García, pasando por los memes, los filtros, la ciencia ficción, los emojis o los videojuegos ¿Es el medio el mensaje?, ¿Es tu práctica una exorcización de los demonios contemporáneos? ¿Eres una especie de chamán de la cibercultura?
El mensaje es miedo. Siempre he tenido fascinación por conocer y descubrir las culturas tribales y el origen de la civilización. Saber, teorizar cómo práctica, acumular conocimiento en una doxología infernal. Para Aristóteles la vida del esclavo se diferenciaba de la vida del hombre libre en que este había sido dotado del divino don del conocimiento. No creo que supiese que también terminaríamos esclavizándonos buscando la virtud, o la clave del wifi.
—Hoy en día, en la década de los 50, el sistema artístico ha cambiado mucho respecto al del siglo XX. Ya no existen las galerías, ni las facultades de Bellas Artes, tan solo quedan los museos como un reducto patrimonial de la memoria del pasado y ya no es posible visitarlos presencialmente por la deriva de pandemias víricas que se han sucedido a lo largo de todo este siglo. Los contenidos artísticos ya solo viven en internet y su consumo está mediatizado por Artizon.es, el mercado online cultural que impone su monopolio planetario. ¿Crees que podremos algún día derrocar a las multinacionales tecnológicas y volver al arte objetual como valor estético y social?
Recuerdo cuando se hacían exposiciones y la gente iba en grupo a galerías y eventos, a comer pinchos con las manos y beber vino mientras todos se tocaban la cara. Era algo extraordinario, celebrábamos nuestra insignificancia por todo lo alto. Ahora necesitas un permiso municipal para salir 15 minutos a por pan.
Artizon.es tiene todo lo que tu imaginación puede crear. Es un Dios saturnino puesto de ácido y embriagado, recibiendo experto sexo oral, mientras devora a sus hijos y destruye las cosechas y despilfarra el dinero en apuestas sin sentido.
La única forma de derrotar a estas diabólicas multinacionales es abrazar el valor de las cosas sencillas. El otro día bajé a tirar la basura y vi musgo en el contenedor. ¡MUSGO! ¡VERDE Y BLANDITO! ¡Qué maravilla!
— La empresa Alcor Life Extension Fundation consiguió hace una década implantar neuronas humanas en dispositivos robóticos. En muy poco tiempo, horas, las neuronas comienzan a moverse y a lanzar sus tentáculos para conectarse con otras a través de sus dendritas y axones. En pocos días se puede obtener una red de 100.000 neuronas interconectadas que son las que conforman un cerebro humano. A través de este proceso hoy gozamos de nuevos habitantes de pleno derecho que llamamos androides. Cerebros artificiales introducidos en carcasas parecidos a los que describió Isaac Asimov en I, Robot, por ejemplo. ¿Qué relación tienes con los androides? ¿has adquirido alguno de ellos? Y si es así ¿con que fin?
Mi pareja es un androide. Llevamos casados más de 10 años, al principio en secreto porque no estaba bien visto. Los humanos somos un coñazo, sobre todo después de la Segunda Gran Depresión, cuando los antidepresivos y ansiolíticos se hicieron obligatorios. ¡Te llevabas a alguien a casa y parecía como follar con un zombi! Los androides han sabido preservar el espíritu humano mejor. Jamás me había sentido tan amado y deseado como por un robot. Yo siempre he sido un firme defensor de los derechos. Es importante conseguir igualdad de oportunidades para todas. Cuando se consiguió firmar la primera declaración universal de los derechos robóticos supe era momento de decirle si quiero a mi robot.
—Las voces que oyes dentro de tu cabeza ¿qué te dicen?¿te dictan los guiones?
Una de las mayores decepciones de mi infancia fue descubrir que existen personas “normales” que no oyen voces. ¿Cómo viven entonces? No soy capaz de imaginármelo. Yo hace mucho tiempo que solté el timón y hago todo lo que me dicen las voces de mi imaginación. Para mí es la única conversación real.
—En tus obras siempre apareces tu. Sin miedo al narcisismo ni a la pedantería declinas tu identidad en una constante deriva pornográfica, obscena, que muchas veces irrita e incomoda al espectador evocando pena, grima o asco. “Ahora bien, ¿Un hombre que goza hasta de su propia humillación puede tener una pizca de amor propio? ¿pero acaso un hombre de fina sensibilidad puede respetarse a sí mismo[1]?”
He conseguido vivir mi vida como un personaje de El cielo sobre Berlín de Wim Wenders. Cuando camino por la calle, escucho a los ángeles susurrando y observando todo lo que hago. Me encanta hacerles reír y provocarles con mi comportamiento errático. No sé hacer otra cosa.
—Cuando Edu muera ¿quedará para siempre su obra alojada en los servidores de Big Data de las costas del Mar Báltico, en forma de ceros y unos, reproducida aleatoriamente por algoritmos infinitos?
Edu ya está muerto, su cerebro ha sido digitalizado por un grupo de hackers LGTB de Ferrol y flota en la Deep web infectando websites. El otro día me encontré con Abel Caballero en un servidor viejo. Sigue siendo el alcalde de Vigo conectándose desde el más allá mediante OUIJA-WIFI y dictando órdenes a sus leales técnicos municipales.
—¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
¡Claro! ¡El mundo nace cuando se sueña primero!
—Tu primer gran éxito a escala planetaria “Chica de la Coru” ya va por los 15M de visualizaciones en YouTube lo que ha te ha debido reportar grandes ingresos a través de su monetización, sin embargo la precariedad como constante del artista contemporáneo es una de tus temáticas recurrentes, ¿Qué sentido tiene hoy, treinta y cinco años después, la frase que tu mismo pronunciaste “Hoy solo interesa un tipo de arte, es el arte que tu produces, lo generas, dedicas una cantidad de tu tiempo personal a crearlo y posteriormente en tu cuenta bancaria aparecen una cantidad de números correspondiente al valor que genera ese trabajo”? ¿Es esta doble moral sintomática de tu doble y triple personalidad?
Le tengo mucho cariño a Chica de la Coru, es un curro que hice antes de salir del armario y reconocer mi neurodivergecia.Ahora puedo manifestar públicamente mi trastorno de personalidad múltiple sin miedo a estigmatización social. Todas y cada una de mis identidades jurídicas (¡tengo 5 DNI´s diferentes!) tienen reconocimiento legal, derecho a voto y ayudas sociales. Y todas creen en el sistema de producción post-capitalista y en ganar dinero mediante el arte. No sé dónde encaja la moral en esta historia. Supongo que alguna de mis identidades aparecerá con alguna ocurrencia ingeniosa.
—Durante la primera gran pandemia del s. XXI, la COVID-19, un virus modificado genéticamente en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan introdujo en los tejidos epiteliares humanos nanorobots para monitorizar nuestra actividad y evaluar nuestro sistema inmune a tiempo real. El mundo entero pensó que tan solo se trataba de una neumonía pero resultó —y esto se descubrió a principio del año 2038— que fue un caballo de Troya que Xi Jinping y el gobierno Chino envió al mundo. El objetivo era convertirnos en mano de obra barata para producir los componentes electrónicos que reactivarían su carrera espacial para que pudiera emigrar todo el pueblo chino a Marte. Durante tres décadas hemos estado sometidos al influjo de diferentes pandemias que nos han mantenido casi cinco años en cuarentena. Solo unos pocos hemos sobrevivido al chantaje del gobierno chino a cambio de la vacuna de cada cepa y de un salvoconducto perpetuo que nos proporcionaba la inmunidad. ¿Cómo has vivido este largo periodo de confinamiento? ¿Y que les has dado a los chinos a cambio de tu libertad?
Apenas he notado la diferencia. Reconozco que siempre he sentido animadversión hacía la chinificación del mundo, como la he sentido de cualquier agenda política globalitaria. Lo de China viene de lejos. En los 70 del pasado siglo cerraron las universidades y escuelas durante la revolución cultural, y prohibieron toda epistemología occidental considerada contra-revolucionaria. Un profesor podía ser arrestado por enseñar física newtoniana. Aquí reside el germen de la sociedad contemporánea. Una civilización capaz de orquestar cambios generacionales dramáticos y subyugar todo conocimiento científico acusando de ser eurocéntrico y colonial, pasando a ser eclipsado por la pasión nacionalista. El proyecto de ingeniería social excesivo y ambicioso que son los estados totalitarios es solo comparable con un delirio universal. China me recuerda a esos amigos del colegio que dejan de estudiar y se ponen a trabajar a los 16 años, empiezan a ganar mucha pasta y creen que ya lo saben todo. Y encima les va mejor que a ti. Pero todos seguimos comprando en Ali Express.
Entrevista de María Marco a Eduardo Fernández para la exposición JAMÁS VI TANTA BELLEZA.
[1] Dostoyevsky, Fíodor. Apuntes del subsuelo. Alianza Editorial. Pp. 37.