Supone la obra de Daniel Verbis (León, 1968) una refundación de la pintura orgánica y expandida desde la experimentación con materiales metapictóricos, el cuestionamiento de los soportes y la construcción de un personalísimo lenguaje propio; reivindicando la pintura misma desde la mirada y la concepción de un pintor. Su obra se encuentra en colecciones como la Fundación Coca-Cola España; CGAC, Santiago de Compostela; L ́Oreal, Madrid; Museum Folkwang, Alemania; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid o MUSAC de León; llevando y exponiendo su trabajo de retórica neobarroca a importantes instituciones de todo el mundo. En su pincelada hay una obsesión por la complejidad de los universos microcósmicos y fragmentados, dejando que su mano encuentre el gesto intuitivamente, dejándose llevar a través de laberintos lineales biomorfos que como moléculas o mitocondrias, se expanden como tejidos epiteliares que conquistan muros. El dinamismo de sus estampados, formalizados como elemento decorativo, tiene su mayor influencia en la obra de Luís Gordillo, con quien comparte la experiencia común de la abstracción expresionista, los collages matissianos, las composiciones a lo Paul Klee o los colores vitalistas de Kandinsky.
Daniel Verbis comienza a exponer en 1989 con obras que evocaban a Frank Stella o Sean Scully, bandas geométricas como motivo que luego se metamorfosean en redes o mayas, acaparando enormes superficies. Desde mediados de los 90 utiliza resinas, hilos, botones o plastilinas para componer dibujos que revisan y actualizan el expresionismo abstracto. También interesado por los conceptuales como Kosuth, su dibujo se convierte en protagonista de su trabajo, asimilando un laboratorio de formas inspiradas en revistas científicas, de donde toma sus referentes biomorfos.
La expansión física de sus soportes, como un derrame espacial, reactualiza la pintura en la escultura y la convierte en experiencia de hibridación, con capas volumétricas de vaciados en madera pintados con suaves colores de pintura acrílica. Los títulos de sus obras, de una retórica en sintonía con sus dibujos, se basan en onomatopeyas como Op-Op-Pop o en una profunda intensidad poética como ésta Asifuecomotusojospenetraronenelfondodemicorazón. Pero si un signo sintetiza la iconografía de Verbis ese sería el ojo, un elemento que se repite una y otra vez como metáfora duchampiana, también de la sexualidad y la muerte, como vagina y ano, órgano testigo y actor de la vida, la suya propia,ya que Verbis se nutre de experiencias vitales personales que destila para convertirlas en solución pictórica, dibujo sinuoso extensivo de su latir vital.
"Las interrelaciones de cada lugar, las intersecciones de las paredes, los colores de cada plano o el uso de un dibujo excente que coloniza el espacio son algunas de las estrategias que suelo utilizar. Más dificultades se encontrará el espectador a la hora de percatarse si el tipo de enlace que hago es metafórico o conceptual."